Desafiando esa vieja costumbre que indica que a la gente solo se le rinde homenaje cuando está en el ocaso de la vida, un vital Édgar Rentería recibió a sus 40 años el premio a la vida y obra, tras su inigualable paso por las Grandes Ligas y por sus condiciones humanas y el legado fuera del terreno.

Por eso, al preguntársele cómo se sentía por recibir el premio solo pudo decir que “la verdad, que viejo”, en medio de las risas de los presentes, para luego aclarar que en realidad “es un orgullo para mi, para toda mi familia recibir este premio tan joven, eso significa que hice las cosas bien en mi carrera”, explicó.

Rentería agradeció a todo su círculo familiar por el “trabajo, sacrificio, hubo de todo. Apoyo familiar, apoyo de amigos, de toda Colombia”.

Así mismo, sólo pidió ser recordado en el futuro como “un pelao bacano, chévere y caribeño”.

Durante la ceremonia, a Édgar Rentería, quien ganó dos veces la Serie Mundial, se le entregó una placa, una medalla, un diploma y además una camiseta de Junior, el equipo del que es hincha.